miércoles, 21 de junio de 2017

VENEZUELA: UN ÚLTIMO INTENTO EN EL MARCO DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LA OEA REUNIDA EN CANCÚN



La actual jefa de la diplomacia venezolana y el Secretario General de la OEA, abril del 2017. Foto extraída de artículo de La Nación (Costa Rica) del 27 de abril del 2017



Ante la imposibilidad de obtener los 23 votos en el marco de la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores celebrada el pasado 19 de junio, Estados Unidos y México en las últimas horas de este 20 de junio intensificaron las gestiones en aras de obtener una resolución sobre Venezuela que pueda ser adoptada por 18 votos en el marco, esta vez, de la Asamblea General de la OEA (véase nota de El Universal). El pasado 31 de mayo, la misma Reunión de Consulta celebrada en Washington concluyó sin acuerdo, posponiéndose a una fecha ulterior (en este enlace oficial se pueden consultar los documentos circulados en esta cita así como los discursos de los 14 jefes de la diplomacia que se hicieron presentes el pasado 31 de mayo - ubicados en la parte final).

Con relación a los dos borradores de resolución que fueron votados el pasado 19 de junio en el marco de la Reunión de Consulta de cancilleres, el primer texto - propuesta de CARICOM - obtuvo el respaldo de 8 votos a favor, mientras que el segundo texto - propuesto por Estados Unidos, Canadá, México, Panamá y Perú - solamente 20 votos a favor (véase texto de ambos proyectos - versión en inglés - en esta nota anterior). En algun momento, se filtró a la prensa que Perú retiraba el texto que coauspició, colocándose en una situación ambígua con los demas Estados promotores del texto (véase nota de prensa peruana). Al haber sido México, Estado anfitrión de la cita, uno de los activos promotores del texto, el resultado obtenido exhibe la falta de pericia de su aparato diplomático.

La principal diferencia entre ambos textos radicó en la inclusión y condena que hace el segundo a una Constituyente en Venezuela, y la mención expresa a presos políticos. El primer texto por su parte omite toda referencia a estos dos aspectos, y precisa que toda acción que se prevea en Venezuela deberá contar con la anuencia de sus autoridades. Como se puede apreciar, son diferencias sustanciales, por lo que los esfuerzos para negociar un texto único de consenso culminaron sin mayor éxito el pasado 19 de junio entre las 34 delegaciones presentes.

Como se puede apreciar, la medición de fuerzas no ha permitido a quiénes auspician una resolución que condene expresamente la propuesta de Asamblea Nacional Constituyente en Venezuela que su objetivo prospere. La presión diplomática se ha tornado más intensa conforme se acerca la finalización de esta Asamblea General de la OEA, prevista para este 21 de junio. Uno de los Estados más solicitados al parecer es El Salvador (véase nota de prensa) y Haití en América Latina, así como algunos Estados Miembros del CARICOM. Se ignora si además de Perú, otros Estados están también reconsiderando su posición con relación al texto sometido a votación el pasado 19 de junio que reunió 20 votos. Una vez finalizada la Asamblea General, se espera poder conocer el tipo de presiones recibidas por estos y otros Estados por parte de la administración del Presidente Donald Trump.

Desde el punto de vista estríctamente político, el trasladar la propuesta hecha a la Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores a otro órgano como la Asamblea General constituye un ejercicio riesgoso, en la medida en que:

a) se trata de una propuesta de última hora con poco tiempo para garantizar los votos a su favor necesarios para su adopción y ;

b)
en el primer foro, sólo había un solo tema de agenda: la situación imperante en Venezuela; mientras que la Asamblea General vota una gran cantidad de resoluciones en cada cita anual sobre diversos temas del acontecer interamericano, incluyendo temas como Islas Malvinas, salida al mar de Bolivia, en los que los Estados negocian sus apoyos y los intercambian si necesario.

Más allá de las justas verbales sobre la situación en Venezuela a las que han procedido algunos cancilleres en sus respectivos discursos, los promotores de un texto enérgico sobre Venezuela deben medir el terreno político y prever también (desde ya) las consecuencias que podría tener la adopción tardía de su propuesta, en caso de que esta efectivamente fructifique.

De particular interés serán los párrafos de la propuesta inicial impulsada por Estados Unidos, Canadá, México, Panamá y Perú, con respecto a la resolución que adopte la Asamblea General de la OEA. De igual forma las probables notas en pié de página que algunas delegaciones elaboren para hacer ver su parecer, en el caso en que se logre adoptar esta resolución.

Caso contrario, es de esperar una reacción de júbilo por parte de Venezuela y de otros Estados cercanos a la posición que defienden las autoridades de Caracas, al tiempo que algunos deberán considerar los límites de una estrategia que consiste en mantener un discurso confrontativo sobre la realidad en Venezuela.

Nota de actualización: a media tarde de este 21 de junio, se informó por parte del Embajador de México en la OEA que quedó descartada una resolución por parte de la Asamblea General de la OEA sobre Venezuela (véase nota de El Nacional y nota de El Heraldo que concluye citando a una ONG de derechos humanos que refiere a una "victoria diplomática" de Venezuela).

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